viernes, 14 de septiembre de 2007

Noches de guerra...


Más de mil guerreros estoicos libraron batalla en la gloriosa fortaleza, ubicada en el sur del sur.

La técnica preponderaba en ambos bandos pero uno de ellos (el granate) tenia de su lado a Grand Valeri. Este guerrero de destreza notable y de recursos mágicos hacia estragos en las líneas enemigas. Sentenciaba rivales y estos sucumbían con semblantes risueños, tal vez gratificados al ser rozados por la magia de este inigualable guerrero.

Pero cuando todo parecía tranquilo, el alma de Sir Bossio fue dominada por malignos espíritus que envenenaron su cuerpo y lo trasladaron hacia tierras que nunca se preocupó por incursionar, el área grande. Y en ese movimiento torpe casi sin sentido Sir Bossio se volvió chiquito, y los murmullos del infierno resonaron como gritos de desesperación.

La angustia se volvió contra las almas granates, la lluvia empapo las caras de fastidio y todo se torno tenebroso.

Pero de repente todo cambio nuevamente, el Sandto de la fortaleza combino con la siempre hábil Laucha (progenitor de la velocidad y del viento) y estos sintieron el respaldo del dios de la tierra, el Rey Pelle.

Los guerreros granates invocaron a su dios supremo, eterno, Ramonsur. Y este contesto, pidió calma, apoyo de manera imperturbable a sir Bossio y resucitó de las cenizas al guerrero más impopular que tuvo la izquierda, “Urraca” Velásquez.

La batalla tuvo final feliz, pero en el horizonte se encuentran duras proezas. Este escuadrón no teme y enfrentara sin temor a brujos de negro y a reyes populares sedientos de poder y avaricia.

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