domingo, 11 de mayo de 2008

Con el corazón Klimowicz!

San Martín celebraba una victoria segura, pero Faccioli empató a los 90 y, en el agregado, Sand puso el 2-1 para desatar la euforia.


Es verdad que Lanús ya no es ese que fue, es verdad que el partido se moría y el resultado parecía inalterable, pero festejar a minutos del final ganando por un gol y peleando el descenso debería ser penado por el “coprosede”.

Por que parece ser que todo tiene un límite en esta vida, las rachas existen por que alguna fueron cortadas y después de lo sucedido ayer en tierras Sanjuaninas algo cambió, o eso esperamos.

Ante el bajón de algunos jugadores y la cantidad exagerada de partidos perdidos hay una realidad irrefutable, Lanús hasta ayer fue un equipo de poca fortuna. A lo largo del año la suerte fue esquiva y los ejemplos se dieron hasta cuando supimos ganar (Independiente). Sin olvidar la cantidad de lesionados (todos los titulares sufrieron alguna lesión además de algunos suplentes) razón por la cual no se le puede caer del todo a este equipo por lo hecho durante el año.

En San Juan todo venia como de costumbre, Lanús sin jugar lo suficientemente bien pero si mejor que el rival, así y todo perdiendo 1 a 0.

Aunque jugadores como Benítez y Peralta siguen sin estar al nivel técnico de este equipo, Graieb perdió hasta la garra, Biglieri y su balde, Sand y su yo me quiero, la actitud colectiva fue otra. Post viaje a México y traslado a San Juan que se defina el partido en tiempo añadido deja en claro que el físico ya no acompañaba, solo el corazón pudo lograr esa hazaña. Y eso es más que rescatable.

Si se mantiene la actitud y la suerte acompaña los buenos resultados reaparecerán, la gente nunca dejó de acompañar y seria un premio para todos terminar de la mejor manera este clausura, pero volver a disfrutar del juego de aquel equipo alcanzaría para seguir con orgullo los últimos partidos.

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